Que pena contaros una historia de abusos, pero esa es la historia de Chica. Al menos parte de su historia. Ahora está más que bien en su casita y junto a otro perrete llamado Koyac se lo pasan pipa disfrutando de juegos y mimos. Chica es una frenchie juguetona.
Os dejamos con María y Héctor quién nos comparten sus experiencia como adoptantes.
Chica llegó a casa casi sin darnos cuenta, por la velocidad de los acontecimientos. Yo hacía unos pocos días que me había encontrado con vuestra página. La verdad es que no teníamos intención de adoptar y pensábamos que no podía ser, ¡!tener dos perros en casa¡¡ aunque nos gustaba la idea de darle compañía a Koyac. Vi que teníais a una perrilla en Málaga y me interesé por ella, pero sólo por curiosidad, así que después de comentarlo con Héctor en un par de ocasiones el mandó directamente el formulario sin decirme nada y esa misma tarde me dijo: ya está hecho, la perrilla está en camino.
El 6 de Diciembre quedamos con María para recogerla y mi impresión fue al verla que era muy Chiquita, menuda, me daba cosa cogerla por si le hacía daño. Tenía un bulto bastante grande en el estómago (que luego sería una hernia estrangulada) y el culete; literalmente como un mandril (hinchón y hacia fuera), las orejas parecían de cartón piedra de lo inflamadas y cerradas que las tenía, pero nos enamoró. De camino hacia el coche con Chica pensaba en María (su mami de acogida) y en ella, si echaría mucho de menos a la que había sido su ángel de la guarda.
Ya en casa la adaptación no fue muy complicada, ella sólo quería estar tranquilita en su camita y comer. Sabemos que le han cascado por las reacciones que tiene cuando ve la escoba, la fregona y nuestros movimientos rápidos hacia ella, pero ya “casi” sabe que aquí no la van a pegar.
La operamos de Piometra, de urgencias el 14 de diciembre, ese día la pobre no podía salir a pasear y vomitaba demasiado, ainsss mi Chica!!!, que ratitos más malos!!!
Ahora está estupenda, corre como una loca, busca a Koyac para jugar al “pressing catch”, se sube al sofá divinamente, es muy obediente y aunque todavía andamos liados con sus orejillas y su delgadez, lo peor ha pasado. Estamos muy contentos de verla de como vino a como está. Incluso ronca menos. Se acabó el tenerla criando incontroladamente por dinero, ese cuerpito tan chiquito ¿cuantas camadas habrá dado?, esperamos darle la tranquilidad que necesita y la misma felicidad o más que ella nos da al tenerla con nosotros.
Como veis un placer conoceros y una sensación de hacer bien las cosas adoptando.
Un beso de Merche y Héctor.