Pep es un pastor mestizo encontrado en una gasolinera por una voluntaria de Sos Frenchie. Después de unos meses de búsqueda de un nuevo hogar encontró a la que hora es su familia definitiva.
Y esta es su historia…
Soy Pep y esta es mi historia…
Mi nombre es Pep, aunque no es el nombre que me dieron al nacer. Actualmente vivo en Zaragoza con mis papas y mis dos hermanos felinos.
Soy el miembro más joven de la familia, pertenezco a ella hace un poco más de 1 año.
Mi historia antes de ese periodo quiero quedármela para mí, pero os voy a compartir mi aventura personal.
Todo comenzó en Agosto de 2012 en una gasolinera de Barracas, un pueblo fronterizo entre Aragón y Valencia. Estaba dando vueltas por la gasolinera, buscando algo para comer y porque no, algo de cariño. Ese día hacía mucho calor y de repente aparcó un coche. De él bajó un señor que se dirigió a la tienda de la gasolinera, pero dentro permaneció una señora que luego de un rato me vio, se acercó y me preguntó si estaba solo.
Entonces, ella decidió preguntar si tenía dueño y le dijeron que no, que un día aparecí por ahí y llevaba unos días rondando. Fue en ese momento en el que la suerte cambió para mí. Ese día, el cielo me envió a mi salvadora particular, pues resulta que esa señora tan amable y cariñosa era voluntaria en una protectora de gordos y molosos. Como es de esperar de una humana con esas características decidió llevarme con ella y cuando el señor que había bajado del coche hacía un rato regresó, se encontró con un peludo despeinado en el asiento trasero de su coche.
Yo me sentí muy cómodo al subir al coche y hasta me dormí un rato hasta que nos detuvimos y entré a mi nuevo hogar. Ese día me ducharon, peinaron y recortaron los nudos que llevaba, me dieron de comer y beber y lo más emocionante conocí a mis primas.
Con mis primas, que con tanto cariño recuerdo, pasé un verano muy divertido. Cloe era con quién más me gustaba jugar, Sol que tiene su carácter pero es una gordita muy buena, Jade la hija de la Chata, esa gordita que ahora es una diva de Facebook, que estaba siendo acogida y guardaba un secreto que compartió con nosotros (estaba embarazada). Y Nuit, una gordita tímida pero muy cariñosa.
Puedo presumir que soy un perrete famoso porque me llevaron a la tele autonómica y además asistí al evento Zarapeludos, todo para encontrarme un nuevo hogar.
Pero como he nacido con una estrella, un día fresquito de diciembre, nos visitaron unos amigos de mi familia de acogida. Como me encanta socializar, me presenté e hice perrerías para que se fijaran en mí. Y mi estrategia resultó. Porque a la semana siguiente regresaron a buscarme. Yo estaba más que contento, porque estos humanos olían bien y emitían buenas vibras.
Llegamos a su casa y con mucha cautela me presentaron a sus hijos felinos. Ellos no estaban muy contentos con mi presencia, pero como los papis mandan en casa han tenido que aguantarse. Sobre todo la gata Lula, ella me dejó claro que ellos estaban primero y debía respetarlos. Ahora nos toleramos, respetamos nuestro espacio y hasta compartimos comida y agua y las caricias de nuestros papis.
Puedo deciros que me encuentro realmente a gusto, paseo todos los días en un gran parque, juego con mis amiguetes Gonzo, Lola, Ron y otros a quienes veo de vez en cuando.
Recibo mucho cariño de mis papis y por supuesto les recompenso con más cariño y devoción. Tenemos nuestras rutinas de amor, por ejemplo los fines de semana, cuando papá no va al trabajo, me les uno en la cama para darles besitos y achuchones. Y Cuando papá regresa del trabajo es una auténtica alegría y se lo demuestro con mucho ruido y besitos. Papá siempre me trae regalos que me envía mi yayo, al que le gusto mucho.
Cuando siento que hay peligro les protejo y les aviso. Les acompaño en sus viajes y excursiones. Esas excursiones las disfruto mucho, porque paseamos largo rato por sitios nuevos que me gusta explorar, oler, sentir… y donde puedo correr a gusto sin molestar a nadie.
Solo puedo darle las gracias a mi tía Liliana de Sos Frenchie que me rescato de esa horrible gasolinera y me encontró un hogar tan bueno y por supuesto a las otras chicas que aprobaron mi adopción.
Hasta la próxima amiguetes, os animo a tener esta experiencia con otros perretes. Os aseguro que la vida os cambiará para bien.
Después de esta historia tan conmovedora que nos llena de energías para seguir en nuestra labor. Solo nos queda animaros a compartir la historia de vuestros gordos. Envíanosla al correo electrónico de Sos Frenchie (sosfrenchi@hotmail.com) junto a una foto de tu gordito.