abril 2014

Piki y su encuentro con Lupita

La historia de Piki es tan hermosa, que no hemos podido dejar de conmovernos una vez más. Es una historia en la que se vuelve a demostrar que el lazo entre humanos y perros es muy estrecho y que hemos aprendido a comunicarnos para llevar una vida realmente plena.

Conoce su historia.

La llegada de Piki (hija de Chica) a nuestras vidas no fue fácil, para que nos vamos a engañar. No por ella ni por nosotros, Rafa y Maite, sino por nuestra dálmata de 9 años que no entendía qué hacía esa intrusa en su territorio, con lo feliz que ella estaba sola. Lupita había sido nuestra niña mimada y no estaba acostumbrada a tratar con otros perros, y cuando Piki llegó se arrinconó y empezó a temblar y a llorar y no había forma de calmarla.

Nuestra ilusión de salvar a un perro de una vida peor fue derrumbándose al ver a nuestra perrita sufrir. Estuvimos varios días intentando un acercamiento pero Piki, también asustada y desorientada por la nueva situación estaba a la defensiva y tampoco colaboraba mucho, en más de una ocasión intentó morderle.

Y después de pensarlo mucho, y bastante frustrados por la decisión que íbamos a tomar nos pusimos en contacto con SOS FRENCHIE para contarles, que, sintiéndolo mucho, no nos podíamos quedar con Piki, ya que no nos parecía justo hacer sufrir a nuestra perra de esa manera. Ellas lo entendieron perfectamente y empezaron a buscarle otra familia que se pudiera hacer cargo de ella. Así que ya estaba todo arreglado, volveríamos a ser una familia de tres, y por fin descansaríamos de esa tensión, y Piki estaría en nuestro recuerdo como algo que se intentó pero que no pudo ser.

Pero a medida que pasaban las horas, yo miraba a Piki y la pena me ahogaba pensando que se tenía que ir. Esa noche apenas dormí, la miraba tan indefensa durmiendo, tan blanquita, con esas orejonas, me la imaginaba viajando en avión a Barcelona que era, donde se suponía que le habían encontrado una casa de acogida y de nuevo viviendo una situación tensa para ella hasta que se acostumbrara a esa familia. Recuerdo que se levantó varias veces y vino a mi cama llorando, y yo interpreté, o al menos eso es lo que quería pensar en el fondo, que me estaba pidiendo una oportunidad.

Lo primero que aprendimos con Piki es que cuando quieres algo sólo hay que tener de ganas de conseguirlo, buscar soluciones, y no tirar la toalla tan pronto. Así que pedimos ayuda a profesionales y lo primero que nos dijeron es que perdiéramos el miedo, que dejáramos que se acercaran y se conocieran y que poco a poco la convivencia iría llegando. Y efectivamente así fue, pronto empezaron a jugar, compartieron cama y juguetes y la tensión en casa fue desapareciendo.

Ahora Piki es una perra feliz, y que nos hace felices a nosotros, simpática a más no poder y defensora de su familia como ella sola. Su vida podría haber sido tan dura y triste como la de su madre si no hubiera salido de donde estaba, o haber sido feliz en su casa de Barcelona o no, nunca lo sabremos, el caso es que cada vez estamos más contentos de haberle dado esa oportunidad de quedarse, dándonos la oportunidad a nosotros mismos de disfrutar de ella cada día.

¿Qué os ha parecido? ¿Cómo os comunicáis con vuestro/a gordi?

Os animamos a que compartáis vuestra historia enviándonos un correo con una foto de vuestro/a gordito/a al email sosfrenchi@hotmail.com

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Pimky, una frenchie muy primorosa

¡Buen martes a todos y todas! Hoy toca compartiros las historias con final feliz de nuestros gorditos.

Esta vez os presentamos la historia de Pimky.

Poco recuerdo de mi vida anterior. Recuerdo estar de un sitio para otro, en manos de unos y de otro y siempre criando, una vida dura y con pocas o ningunas atenciones veterinarias.

Mi chip fue cambiado de nombre hasta en tres ocasiones en tres ciudades diferentes de España.

Al final una día lluvioso una chica me dejo en una asociación de Lucenas y allí me quede yo solita y sin rechistar con los demás perros. Yo pensé que nadie querría a una perrita mayor, no recuerdo mi edad pero dicen que más de 8 años, con lehismania, un ojito mal, artrosis y sarna…..¡¡¡menudo plan!!!

Pero me equivoque.

Los chicos de la asociación comenzaron a darme mi tratamiento para luchar contra la lehismania y me querían mucho, tanto que decidieron que lo mejor para mí era salir de allí y mandarme a una casa de acogida. Esa fue la primera vez que escuche el nombre de Sos Frenchie y así tras casi seis meses di con mis huesos otra vez en Madrid.

Llegue a mi nueva casa de acogida un miércoles tras haber estado encerrada en un trasportín 24h……hay que ver estos de las agencias de transporte……..con mi edad y que me hagan estas cosas…pero bueno ya estaba en mi casa de acogida que sería mi casa ya para siempre.

Lo decidí nada más llegar, me pensaba quedar y ahora tenía que hacérselo saber a mis futuros papis y a la cosa negra y loca (Cayetana) que ya vivía allí, así que me puse manos a la obra y comencé a hacer lo que mejor se, dar besos, lametones y cariño a todo el mundo.

El primer mes fue duro, tenía toda la espalda en carne viva y sangre, también tuve problemas con la tripita y no hacia caca. Aunque estaba malita, con picores y dolores eso no consiguió hacer cambiar mi carácter y les demostré de lo que soy capaz…..¡¡¡capaz de darte treinta lametones de una sentada y dejarte la cara to llena de babas!!!

La vete de Sos Frenchie Alicia (aunque ella no lo diga sé que soy de sus preferidas por que se preocupa mucho por mí y me trata con mucho cariño) se puso enseguida manos a la obra y tras dos meses de tratamiento me fui poniendo mejor. ¡¡¡A día de hoy ya no tengo sarna y la lehismania está controlada!!!

Pasaban los días y los meses y yo seguía con mi plan hasta que llegó la navidad y las chicas de Sos frenchie llamaron a mis papis de acogida para decirles que tenia casa de adopción en Galicia. Tras oír esto ellos supieron enseguida que no estaban dispuestos a dejarme ir jajajjaj mi plan había funcionado y les había engatusado o mejor dicho enperrusado para quedarme para siempre con ellos y con mi nueva hermana Cayetana.

Ahora disfruto de mis paseos, mis largas siestas con mi mami que tampoco le gusta dormir y soy muy muy feliz. Ya se acabo lo de criar porque me han operado y me siento muy bien, mis papis dicen que hasta he rejuvenecido y que ando un poco loca. Ya nunca mas tendré bebes y ahora me dedico a disfrutar de la vida y de mi jubilación que creo que me la he ganado no os parece?

Gracias a Sos frenchie por todo lo que han hecho por mí. Gracias por dar una segunda oportunidad a un perro mayor con artrosis, lehismania y sarna . Gracias por poner el mismo empeño en rescatar pero mayores o enfermos y darles a todos las mismas oportunidades.

Gracias a todas aquellas personas que se han cruzado en mi camino y entre todos han hecho posible que ahora sea tan feliz.

Como siempre os animamos a compartir vuestras historias, envíanosla junto a una foto a nuestro correo electrónico sosfrenchi@hotmail.com.

¡Hasta la próxima!

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No le hemos cambiado la vida a Coco,nos la ha cambiado él a nosotras

Es jueves y toca compartiros una de esas historia que os emociona. Coco fue rescatado de una perrera y adoptado por la familia que lo acogió.

Esta es su historia:

Hola peludos y amigos, os voy a contar mi historia.

Poco recuerdo de mi vida, quiero creer que crecí siendo feliz en algún lugar del mundo y por un motivo que todavía no me han contado llegué a un sitio dónde no conocía a nadie, no recuerdo muy bien como terminé allí, pero me viene a la mente que había muchos perros ladrando, verjas por todos los lados, eran oscuras y con poco espacio, los humanos lo llamaban “perrera”.

Un día vino una persona

[1] muy simpática y cariñosa conmigo y decidió que era mejor que yo le acompañara, que ese no era sitio para mí.

Nunca podré estar lo suficientemente agradecido por sacarme de ese lugar, ahora que no nos oye nadie… Tenía un poco de miedo por las noches.

Cuando llegó el momento de irme de la “perrera” me pusieron unas cuantas vacunas y el chip a nombre de la persona que me salvó “Sos Frenchie”.

Nunca había oído un nombre tan raro… y decidió que me llamaría Sugus. Realmente, a mí el nombre poco me importaba, estaba lleno de amor como Sugus o con cualquier otro nombre que me hubieran puesto, con tal de no quedarme más tiempo allí.

Unos días más tarde de salir de aquel lugar que ya no quiero recordar el nombre, aterricé en Zaragoza, mis grandes orejotas no paraban de moverse. ¡Ay que ver que aire hace aquí!

Fui a una casa de acogida donde dos hermanas decidieron que era hora de darme un baño, llenarme de mimos y amor. Comenzaron a llamarme Coco, a mí Coco me gusta, lo escuché y giré la cabeza hacia ellas para ver si me entendían y creo que fue así porque me miraron y decidieron que ese sería mi nuevo nombre.

A partir del momento que llegué a Zaragoza mi vida cambió completamente. Mi casa de acogida decidió que ese sería mi lugar definitivo. Yo hice todo lo que sabía para demostrarles todo el cariño que llevo dentro y….¡¡FUNCIONÓ!! Soy el rey de la casa, he aprendido a hacer algún truco como sentarme, tumbarme, dar las patas, aunque lo que realmente me encanta es salir a jugar y correr con otros perros, coger palos, ir detrás de la pelota y todas esas cosas que me han enseñado que nunca es tarde para aprender.

Mi único deseo es que miles de peludos como yo puedan contar una historia igual, o muy parecida a la mía, donde por fin, he conocido la felicidad.

Sólo me queda agradecer al ángel que me sacó de aquel sitio que me daba miedo por las noches, a las chicas Sos Frenchie, y a María y Ana por decidir que me quedara en sus vidas.

Un lametazo,

Coco

footprint dog

 Luego de esta preciosa historia, queremos animarte a compartir tu historia. Envíanos tu historia junto a una fotografía a nuestro correo electrónico sosfrenchi@hotmail.com.

¡Hasta la próxima historia!


[1] Queremos agradecer a Chus que fue la voluntaria de Sos Frenchie que rescató a Coco.

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